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Un modelo intercultural y multiculturalista |
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León Olivé: Interculturalismo y justicia social. Autonomía e identidad cultural en la era de la globalización. México: UNAM, 2004. (La pluralidad cultural en México 2) 231 páginas ISBN 970-32-1676-5 ![]() Programa Universitario México Nación Multicultural, Universidad Nacional Autónoma de México: ![]() |
1 | El libro Interculturalismo y justicia social del filósofo mexicano León Olivé aparece en un momento ciertamente propicio y necesario para llevar a cabo una reflexión que ha resultado ser fundamental en el marco de la filosofía de la cultura. La incursión reflexiva no sólo resulta fundamental en el ámbito filosófico sino también en el campo antropológico, y en general de las ciencias sociales. Este texto marca enormes desafíos del pensar serio y que logra esclarecer de manera crítica algunos de los puntos más álgidos del reflexionar sobre la cuestión de las culturas, su existencia en la pluralidad y su irremisible y complicada relación mutua. Se intenta una constante tensión entre lo global y lo local para el debido entendimiento relacional del Estado y de los pueblos, siempre mediante una perspectiva y un proceder filosófico. | ||
2 | El libro lleva a cabo un análisis riguroso y realiza la propuesta de un modelo intercultural y, con sus debidos matices – como el autor mismo insiste –, multiculturalista pero siempre bajo el foco del pluralismo. El telón de fondo que se mantiene presente está constituido básicamente por el tema de la multiculturalidad que constituye fácticamente a la nación mexicana y que se expresa por la variedad y riqueza de pueblos diversos. | |||
3 | El libro se ubica en lo transdisciplinario y por ello requiere de matizar, rescatar y resignificar conceptos que se han deteriorado enormemente en su valor, su acepción y su sentido. Es necesario reconsiderar y replantear a tales conceptos para su comprensión. En este punto, la claridad y el rigor filosófico que presenta León Olivé al desbrozar y definir tales términos ayuda – sin duda – a su entendimiento. De este modo, se presenta un suelo común para la investigación de las diversas disciplinas que abordan las temáticas sobre cultura, multiculturalismo, pluralismo, interculturalismo y autonomía de los diferentes pueblos. | |||
El desafío de lograr una sociedad plural y justa |
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»…sólo es justa aquella sociedad donde se garantiza la satisfacción de las necesidades básicas de todos sus miembros. Pero … una necesidad básica es algo que sólo pueden determinar los propios interesados…« León Olivé (12) |
4 | Una de las preocupaciones que se permean a lo largo del texto alude a la necesidad de que los pueblos y culturas en México han de decidir autónomamente cómo desarrollarse, vivir y utilizar los recursos materiales de los lugares en los que habitan. | ||
5 | La inquietud sobre el desafío de lograr una sociedad plural y justa se entroniza y constituye el punto de fuga desde el que se irradian hacia los otros temas tratados a lo largo del texto. Por ello el desenlace busca alcanzar una situación estable, y además legítima en la que se logre una reforma estructural en aras de relaciones nuevas en aspectos sociales, económicos, políticos y culturales. | |||
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La propuesta hunde su justificación moral en la búsqueda de una teoría de la justicia social que recaiga en la realidad de esos pueblos desde la satisfacción de las necesidades básicas determinadas por tradiciones, creencias, normas y valores, así como »expectativas, proyectos y planes de vida individuales y colectivos que constituyen sus prácticas y su horizonte cultural«(12) y cuyo sustento teórico emana de una estructura pluralista del pensamiento desde la ética, la epistemología y filosofía política. |
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7 | La tensión siempre presente entre globalización y la necesidad de considerar los problemas localmente, hace obligada la preocupación sobre el logro de una sociedad plural y justa. Aquí aparecen los requerimientos que han de ser respetados y logrados en una sociedad plural, a saber: las necesidades, básicas, la autonomía, el aprovechamiento y control de los recursos materiales y la participación de los pueblos en la construcción nacional e internacional. El punto recala en tratar de comprender cómo es posible que, siendo tan diversos podamos hacer acuerdos y podamos vivir entre culturas tan disímiles. | |||
8 | Asimismo se intenta entender cómo son esas formas de relación intercultural para el alcance de la justicia social, cómo se promueven y generan prácticas participativas en la democracia y cómo se facilitaría el aprovechamiento del conocimiento – científico y tecnológico también – para el desarrollo económico y cultural de los pueblos. Esto, además de los principios señalados por la UNESCO para contrarrestar los ímpetus homogeneizadores de la globalización, constituye el camino a seguir para la construcción reivindicativa de un mundo mejor intercultural y justamente considerado la libertad de expresión, el acceso a la educación, acceso a la información y respeto a la diversidad cultural y lingüística. | |||
Los conceptos de cultura y multiculturalismo |
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»…utilizaremos indistintamente los términos ›multiculturalismo‹ e ›interculturalismo‹ para designar a un modelo de sociedad multicultural, democrática y justa, que aliente la interacción armoniosa y constructiva entre los pueblos y culturas de México y del mundo, con base en el derecho de cada uno a tomar decisiones por sí mismo acerca de su proyecto colectivo de desarrollo.« León Olivé (24/25) |
9 | El texto desbroza y limpia aclarativamente los conceptos sobre los que trabaja. Términos tales como multiculturalidad e interculturalismo, globalización y cultura son esclarecidas para evitar confusiones. Olivé hace un análisis de ellos, añadiendo siempre los matices que le interesa destacar en el contexto de sus reflexiones. | ||
10 | León Olivé señala que es necesario referirnos a los términos de multiculturalidad y pluriculturalidad en tanto situaciones de hecho en las que culturas y pueblos diversos coexisten. En este sentido son términos factuales y descriptivos. El matiz que hace el autor entre multiculturalismo y multiculturalidad clarifica de manera importante la distinción entre ambas: por un lado, el concepto de multiculturalidad es un concepto fáctico que se aprecia entre las diversas culturas, diversas prácticas y diferentes epistemes, mientras que el de multiculturalismo es un concepto descriptivo, que, además de ser fáctico es también un concepto normativo, en cuanto que es deseable. | |||
11 | De este modo, para poder atender con claridad los términos de multiculturalismo e interculturalismo es necesario partir desde conceptos clave, como por ejemplo, el concepto de cultura, que Olivé define desde los discursos de filósofos de diferentes partes del orbe, como el filósofo canadiense Kymlicka o los filósofos mexicanos Salmerón y Villoro, o el filósofo argentino, radicado en Alemania, Garzón Valdéz. | |||
12 | Así, Olivé define la cultura como la comunidad que tiene una tradición desarrollada a lo largo de varias generaciones y cuyos miembros cooperan mediante diversas prácticas ya sean educativas, tecnológicas, religiosas, políticas, económicas y lúdicas, lo que significa estar guiados dentro de esas prácticas por creencias, normas, valores. Además comparten lenguas, historias e instituciones con expectativas comunes y se proponen proyectos significativos para todos (31/32). | |||
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El concepto de multiculturalismo ha generado fuertes discusiones por aludir al señalado sentido normativo. Ahí radica su cuestionabilidad ya que, de facto no tiene un sentido unívoco, es decir, que ha de variar según los tipos de sociedad con los que se le asocia, porque hay diversos tipos de sociedades multiculturales. Uno de los problemas con éste término es que se ha usado en el contexto anglosajón de modo que se ha identificado con un modelo en particular, específicamente con fundamentos liberales. Sin embargo, como hace notar Olivé, en México la mayoría de los estudiosos de estos temas han utilizado el término multiculturalismo »sin asociarlo directamente con el modelo de sociedad liberal multicultural que se ha desarrollado en los países anglosajones«(24). Olivé conecta estos dos conceptos aunque insiste en la interculturalidad y la relación entre las diversas y variadas culturas. |
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El pluralismo: entre el absolutismo y el relativismo |
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»El derecho de los pueblos a la diferencia, entendido como el derecho de sus miembros a ser reconocidos como pertenecientes a ese pueblo y a disfrutar de ciertos beneficios en virtud de ello, tanto como el derecho a decidir de manera autónoma sobre sus formas de vida, sobre su desarrollo y sobre el manejo de sus recursos materiales, no son incompatibles con el derecho a participar en la vida política, económica y cultural de su sociedad nacional y de la sociedad global« León Olivé (33/34) |
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Las relaciones interculturales han de ser relaciones globales que pueden ser nacionales, locales o internacionales. Se aspira entonces al logro de acuerdos sobre algunos puntos que han de considerarse desde criterios mínimos ya morales, políticos y jurídicos, y esto ha de lograrse únicamente mediante el acuerdo intercultural. Estos acuerdos han de respetar siempre el »derecho de los pueblos a la diferencia, entendido como el derecho de sus miembros a ser reconocidos como pertenecientes a ese pueblo y a disfrutar de ciertos beneficios en virtud de ello«(33/34). |
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15 | Entonces, modelo pluralista propuesto y defendido por Olivé se fundamenta en una posición filosófica que se distingue de la posición absolutista y relativista, a saber: el pluralismo que alude necesariamente a la interculturalidad. | |||
16 | Lo que se propone en el libro es que haya un auténtico diálogo entre los pueblos para el logro de acuerdos para vivir armoniosamente en aras de proyectos de interés para todos. Una de las cuestiones más complicadas emerge precisamente cuando el autor se pregunta: ¿cómo será posible entonces establecer acuerdos racionales entre diversas culturas, si no existen estándares de racionalidad universales? ¿o sí existen? Esta pregunta es una cuestión radical que el autor va respondiendo poco a poco. | |||
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El problema – como lo señala el autor – es ¿sobre qué base, con cuáles criterios juzgaremos que un sistema normativo, jurídico o moral es valioso y preferible porque sus normas son correctas? ¿De dónde obtenemos los criterios pertinentes? Olivé responde que ellos los tendremos a partir de »nuestro trasfondo cultural«(64). De aquí emerge el dilema sobre si hay criterios absolutos o más bien los criterios son relativos en tanto dependen siempre de contextos culturales específicos. |
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La respuesta la encuentra Olivé en el pluralismo como posición entre el absolutismo y el relativismo. El pluralismo niega la existencia de grupo único de estándares de validez absoluta para la evaluación de los diversos sistemas cognoscitivos y morales. Desde la perspectiva del pluralista los hechos pueden reconocerse y apreciarse desde diversos puntos de vista culturalmente diferentes, y acepta que puede haber dos puntos de vista diferentes pero ellos pueden compartir criterios de evaluación epistémica o moral, es decir, compartir estándares de evaluación. El pluralismo »hace énfasis en la posibilidad de comprender otras culturas y formas de ver el mundo mediante procesos de interpretación y aprendizaje, más que en la posibilidad de traducir completamente un lenguaje al otro«(74). Así, el pluralismo acepta la posibilidad de diversos puntos de vista, de formas legítimas de conocer y de interactuar con el mundo, así como de concebir lo que es moralmente correcto. |
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19 | El pluralismo de Olivé es un pluralismo crítico y tiene como subyacente siempre al pensamiento ético, además su apreciación siempre versa sobre la relevancia de la interculturalidad en donde aparecen los derechos. | |||
Condiciones para la formulación de un sistema normativo |
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20 | Una de las conclusiones a las que llega el libro Interculturalismo y justicia social es que el pluralismo permite la formulación de un sistema normativo de convivencia intercultural, en tanto las normas pueden ser legítimas para todos por fundamentarse en razones aceptables para ellos, aunque no son razones absolutas, sino más bien son acuerdos razonables. Es posible aceptar las mismas normas de convivencia política pero por razones diferentes. | |||
21 | De este modo, la propuesta pluralista de León Olivé no propone normas morales específicas, sino que más bien establece las condiciones que han de cumplirse por las morales sociales, para la convivencia armoniosa entre comunidades diferentes, además de ofrecer el fundamento para el reconocimiento jurídico-político de ciertos derechos y obligaciones ya sea por parte del Estado, ya por los diversos pueblos. | |||
22 | De este modo, todos aquellos que hemos estado involucrados en la reflexión sobre estos temas, nos congratulamos de tener entre nuestras manos un texto como el que nos ha ocupado en este espacio, y con él hemos de continuar la brega de la reflexión filosófica en torno a la interculturalidad y la búsqueda de justicia social. |
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